Deconstructivismo.
El movimiento deconstructivista se caracteriza por abandonar la verticalidad y la horizontalidad, utilizar rotaciones sobre ángulos pequeños y descomponer las estructuras clásicas generando edificaciones de apariencia caótica.
La arquitectura deconstructivista no representa un movimiento, no es un credo, ni tiene reglas de obligado cumplimiento. Es la confluencia en la obra de unos cuantos arquitectos importantes, de enfoques similares que dan como resultado formas parecidos. Es una concatenación de tendencias afines en varios lugares del mundo.
Podría caracterizarse por ser la arquitectura del rompimiento, de la dislocación y distorsión, abandona la verticalidad y la horizontalidad, utiliza rotaciones sobre ángulos pequeños y agudos, descompone las estructuras hasta un caos aparente y la desnuda para aparentar objetos no terminados.
El deconstructivismo incluye ideas de fragmentación, procesos no lineales, procesos de diseño, geometría no formal, negando polaridades como la estructura y el recubrimiento. La apariencia visual de los edificios de este estilo se caracteriza por un desorden controlado. Muchos críticos ven esto como un mero ejercicio formal con poco significado social, hay incluso quienes lo ven como monstruos que se alzan en la ciudades, consideran así a las obras deconstructivistas por el hecho de no ser “normales”.
En esta tendencia se mezcla la falta de restricciones del arte con algo tan concreto e inamovible como son las leyes de la física, pues si se construye un edificio, este tendrá que mantenerse en pie, sin embargo es la sensación que arrojan la que no sólo perciben los eruditos en arquitectura ni solo los profesionales en construcción, sino la gente, adultos o jóvenes, profesionales o no, quienes sienten el impacto de algo que fascina por el simple hecho de ser diferente a todo lo que vieron.
Características
La arquitectura deconstructivista busca lo extraño dentro de lo familiar, desplaza al contexto más que doblegarse frente a él, cada uno de ellos hace en él intervenciones muy específicas. Con su intervención, los elementos del contexto se hacen extraños.
Cada proyecto activa una parte del contexto de manera de alterar el resto de él, extrayéndole propiedades rupturistas hasta entonces ocultas, que se convierten en protagonistas. La forma ya no divide simplemente un interior de un exterior. La sensación de estar delimitado, ya sea por un edificio o por una habitación se ve alterada. Las paredes se abren, pero de forma ambigua. No hay simples ventanas, aberturas regulares que perforan una pared sólida; más bien la pared es torturada, partida y doblada. Toda la condición de envolvente desaparece.
Uno de sus fundadores: Frank Gehry
Frank Owen Gehry (Toronto, Canadá, 28 de febrero de 1929), es un arquitecto estadounidense, reconocido por las innovadoras y peculiares formas de los edificios que diseña. Su arquitectura es impactante, realizada frecuentemente con materiales inacabados. En un mismo edificio incorpora varias formas geométricas simples, que crean una corriente visual entre ellas. Sus diseños no son fáciles de valorar para el observador inexperto, ya que una buena parte de la calidad de diseño se encuentra en el juego de volúmenes y en los materiales empleados en las fachadas, preferentemente el metal, en todo lo cual sólo el entendido reconoce enteramente la armonía y el diseño estructural.
Gehry es uno de los arquitectos contemporáneos que considera que la arquitectura es un arte, en el sentido de que una vez terminado un edificio, éste debe ser una obra de arte, como si fuese una escultura.
Si bien la arquitectura deconstructivista amenaza así esa fundamental propiedad de los objetos arquitectónicos, no es una retórica de lo nuevo. Más bien expone lo extraño que se esconde en lo tradicional.
Fuente: http://www.construyeargentina.com/deconstructivismo-la-arquitectura-del-rompimiento
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